Escrito el 25 de marzo de 2013
Hoy en día está muy bien visto decir soy republicano, tanto es así que cuando alguien quiere expresar su apoyo a la monarquía en los medios de comunicación primero sueltan la muletilla de “que conste que no soy monárquico”, yo que soy un don nadie si me atrevo a decir abierta y claramente que soy monárquico, porque hay que decirlo en un país donde se empezó a estigmatizar todo aquello que se identificaba con España, se empezó a llamar por parte de la clase política y de los medios de comunicación “nacionalista” a todo aquel que defendían y defienden a su comunidad autónoma, sobre todo quisieron y quieren secesionarse incluso con el uso de la fuerza y el crimen, el adjetivo pasó a ser atributo de unos pocos, se hicieron con el copyright. Vivimos en un país tan raro que a los que sienten a la bandera y los símbolos de su patria se les llama “facha, fascista, franquista, etc.” hijos de una Constitución tutelada ¿de verdad estos saben las razones de esa tutela? ¡claro que no! porque observan la historia desde la perspectiva de hoy no desde el marco contextual de la época, de verdad puede creerse que en un clima militarizado como el que existía en 1975 se pudo dar el salto a la democracia sin que volvieran lo antiguos fantasmas de la guerra fratricida, de verdad no se acuerdan cómo tuvieron que ceder los de uno y otro bando: se legalizó el comunismo en España, los sindicatos de trabajadores, se pactó la constitución en la que para no herir sensibilidades, resulta que los españoles no hablamos español sino castellano, una constitución que permite que en una monarquía esté representado en el congreso partidos republicanos, independentistas y republicano-independentista. Yo no conocí la dictadura ni la república, pero tengo la convicción de que sí en este país se cambia la forma política del estado de monarquía parlamentaria a una república, sufriría una degradación en mis ideas, convicciones y coherencia que seguramente me influirían sobremanera al no poder casar mis únicos valores ideológicos que para mí son genéticos: la democracia y la monarquía que es lo que he vivido y de lo que puedo opinar, el resto es historia sujeta a la subjetividad.
Todos hablan de república una forma de estado que en España solo ha existido durante 9 años de su historia. Con una I república que duró un año con cuatro gobiernos, donde nacieron las ideas de los cantones hasta el punto en que Cartagena se constituyó en uno utilizando la bandera de Turquía porque no tenía otra. De la II república no voy a hablar por no caer en el tópico de creer que la historia de España empezó con la II República hasta hoy, pero si me voy a preguntar y lo traslado a los lectores ¿es la república hoy en día patrimonio de la izquierda?, que cada uno reflexione.
Dicho esto como hombre dado a leer más de un libro, con ideas políticas que me hacen votar cada vez en un sentido. Con conciencia de elegir a mi próximo presidente a quién en mi humilde entender pueda hacer lo mejor para guiar este barco que se hunde si todos no remamos en la misma dirección. En mi vida he votado a derechas e izquierdas sintiéndome defraudados por unos y por otros.
Hubo una vez un pueblo que se componían de pequeñas ciudades-estados, que continuamente estaban en conflicto bélico entre ellas, pero que cuando llegaban los juegos olímpicos, paraban las guerras, cuando eran atacados por civilizaciones externas todos se unían como una sola nación. Ellos se llamaban espartanos, atenienses, arcadios, beocios… pero cuando eran invadidos o veían peligrar su forma de cultura, su forma de vida todos se llamaban griegos. Por cierto su forma de cultura, su forma de vida, sus costumbres y sus tierras es el acervo que constituye lo que se denomina patria, esa palabra que por lo visto solo debe de emplearse en el ámbito castrense y que fuera de él nos avergonzamos de pronunciar porque vivimos en un país donde ser nacionalista es ser cualquier cosa menos español, donde decir que hablamos español es un insulto de tal manera que se incluyó en la carta magna como lengua oficial el castellano, pero esto es normal porque para entender el conjunto tenemos que retrotraernos también al contexto de la transición donde tanto los de izquierda como los de derecha, los nacionalistas vascos y catalanes, tuvieron que sacrificar parte de su idiosincrasia en pos a conseguir un bien mayor, fue la última vez que se hizo política de estado.
De verdad se puede creer que esa conciencia de la Grecia clásica existe en este país de negros y blancos, un país en el que no existen tonos de grises y así lo avala el Sr. Julio Anguita cuando duda si existe en España una idea de la clase de república que el país se merece, porque si no la hay el mismo manifiesta que no la aceptaría. El sr. Pérez Reverte también se manifestó en el sentido de que él no es monárquico pero viendo a los posibles dirigentes de la república, no le quedaba más remedio.
Estamos siendo guiados por unos medios de comunicación, a través de ordenadores, tablets etc. que nos está haciendo ser meros lectores de titulares periodísticos, adictos a las “negritas” y “cursivas”, no debemos ir tan deprisa. No se puede ir por ahí hablando a tontas y a locas con la que está cayendo. Nos estamos fracturando y no vienen a reparar los entuertos, al contrario, todo el que llega viene a echar más leña al fuego. En estos momentos tenemos que tener una visión más de conjunto, un solo día de celebración del aniversario de la 2ª República y se nos olvidan los problemas de España.
¡Ya está bien!, ¿está garantizado que lo que el rey representa en este Estado, en la república si elegimos a un presidente como el Sr. Felipe González, Sr. Aznar, Sr. Zapatero, Sr. Rajoy todo estaría arreglado?
Son muchas las voces que dicen que la representación del Estado no puede ser por línea de sangre y luego apoyan el relevo al frente del gobierno cubano por línea de sangre de 2º grado, que la Constitución es una herencia de la dictadura, incluso muchos se atreven a decir que ellos no la votaron. Por supuesto que no la votaron, no tenían edad para hacerlo, actualmente el 70% de los españoles no la votaron y el 100% de los estadounidenses tampoco. En toda la historia de España solo han sido 9 años de república de dudosa o nula utilidad.
También dentro de la coherencia los comprendo: cuando a los sindicatos se les quita las subvenciones, caen los que reparten los ERE,s entre los suyos, cuando se compara a los sufridos desahuciados con los nazis, cuando se faltan a las promesas electorales, es muy fácil decir viva la república… hoy no me he podido contener y dentro de lo insignificante que soy en este mundo he tenido que decir ya basta, todos tenemos que aparcar ideologías y empujar el muro que se nos viene encima, que no es momento de discrepancias, que no es momento de hablar de cambiar la Constitución, ahora más que nunca es el momento de cumplir sus 169 artículos sus cuatro disposiciones adicionales, sus 9 disposiciones transitorias la derogatoria y la final.
En cuanto a la monarquía y la Constitución, sí que lo tengo claro, aquí no puedo aplicar la frase del genial Groucho Marx: “estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.” por lo tanto no me queda otra para cerrar esta reflexión que decir: ¡¡¡viva España, viva el Rey!!!